Había una vez una princesa. Era la primogénita y tenía un proyecto justiciero. Consistía en acabar con las bacterias de los chirimoyos. Su idea era ponerles una mordaza y encerrarlas en una mina hasta que dijeran que no se pondrían más en los chirimoyos. El proyecto era opíparo y para llevar a cabo su idea, hizo una trampa retráctil en una imprenta que tenía conexión con una cueva.Cuando llegó la hora, Odette se puso un pantalón y se puso a realizar su plan. Le ayudó el dueño de la imprenta que tenía unas patillas parduzcas y muy grande. Ya se había jubilado. Al final...funcionó y con eso ganó miles de euros.
Marta Martínez 3ºB
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